¿Qué es?La neuritis vestibular es el síndrome vestibular agudo por excelencia. La fisiopatología se basa en la pérdida brusca de la función vestibular de uno de los dos oídos. En otras palabras, el cese en la información que aporta el oído interno en cuanto al equilibrio. Esto provoca un vértigo agudo muy intenso acompañado de cortejo vegetativo (nauseas, vómitos, palidez, sudoración…), que tiene un inicio agudo y que persiste durante varios días.
El diagnóstico de esta enfermedad se basa en la clínica del paciente y en una minuciosa exploración física. Dado que en muchas ocasiones es difícil distinguirla de otras de mayor importancia como son las patologías vasculares cerebrales, es imprescindible descartar todos aquellos síntomas o signos que pudieran orientar a un origen central.
Para apoyar este diagnóstico, y de forma razonable descartar origen central, puede ser necesario realizar pruebas complementarias como son:
TratamientoEl tratamiento médico de esta enfermedad ha de hacerse diferenciando, en primer lugar, el tratamiento de la fase aguda en la que el paciente presenta vértigo, que no suele durar más de unos días, de la fase subaguda en la que el paciente no tiene vértigo, pero sí percibe gran sensación de desequilibrio o mareo y que puede durar hasta meses.
El tratamiento de la fase aguda se realiza mediante sedantes vestibulares como el Sulpiride 50 mg o el Valium 5 mg, recomendando su uso el menor tiempo posible, ya que un uso elevado de dicha sintomatología entorpece a los mecanismos de compensación centrales que aparecen desde el inicio de la sintomatología y que tienen como finalidad la recuperación funcional del paciente. Además de la medicación sedante, se recomienda medicación para los vómitos como Primperan y corticoides orales.
El tratamiento de la fase subaguda tiene como finalidad potenciar la recuperación funcional, ayudando a los mecanismos de compensación central. Para ello, se recomienda evitar en la medida de lo posible cualquier fármaco sedante y se instruye al paciente para realizar actividad física rutinaria. Es necesario tener estímulos externos que nos permitan el re-entreno del equilibrio.
En algunos pacientes, especialmente aquellos de edad avanzada o que hayan permanecido con un reposo excesivo, puede ser necesario completar el tratamiento con rehabilitación vestibular.