MIGRAÑA VESTIBULAR>

¿Qué es?

La migraña vestibular (MV) es un diagnóstico. Dado que no existen signos o síntomas patognomónicos de esta enfermedad, el diagnóstico se basa en las guías o clasificaciones internacionales, como las elaboradas por el comité para la clasificación de las patología vestibulares de la Barany Society y por el subcomité para la clasificación de la migraña de la Sociedad Internacional de Cefalea.

1.- Migraña Vestibular definida

  • Al menos 5 episodios de cefalea con síntomas vestibulares (vértigo rotatorio, cotejo vegetativo, acufenos, presión ótica o fluctuación auditiva) de intensidad moderada o severa que duren entre 5 minutos y 72 horas.
  • Historia actual o pasada de migraña con o sin aura de acuerdo a la International Classification of Headache Disorders (ICHD)
  • Una o más características de la migraña en al menos el 50% de los episodios vestibulares:

    – Dolor de cabeza con al menos dos de las siguientes características: Localización unilateral, carácter pulsátil, dolor de intensidad moderada o severa, empeoramiento con la actividad física.

    – Fotofobia y fonofobia

    – Aura visual

  • No se puede establecer otro diagnóstico vestibular o de cefalea.

2.- Migraña vestibular probable

  • Al menos 5 episodios con síntomas vestibulares de intensidad moderada o severa que duren entre 5 minutos y 72 horas
  • Sólo uno de los criterios B o C para la migraña vestibular (historia de migraña o características migrañosas durante el ataque de vértigo)
  • No se puede establecer otro diagnóstico vestibular o de cefalea.

Las pruebas vestibulares las reservamos para aquellos casos en los que el diagnóstico diferencial dentro de la vestibulopatía recurrente, especialmente en la enfermedad de Ménière, no está claro.

En general, los pacientes con MV no suelen presentar signos de disfunción auditiva o vestibular severa.

  • Audiometría: Prueba necesaria en al menos una ocasión: Aunque en determinados tipos de migrañas puede coexistir una hipoacusia en graves, esta no suele ser progresiva, lo que hablaría más a favor de un Ménière
  • VEMPS: Puede existir normalidad del registro, disminución del potencial e incluso aumento. No es habitual encontrar una desaparición completa del potencial en fases iniciales, orientando más a un cuadro periférico
  • Visoculares: Las alteraciones del seguimiento y las sacadas han sido descritas por numerosos autores como características de pacientes con MV
  • CalóricasHabitualmente no existe evidencia de paresia canalicular, o en su caso, leve-moderada: En caso de existir una hipofunción marcada, orienta más a un cuadro periférico
  • vHIT: Suelen ser normales en la mayoría de los pacientes

Tratamiento

El primer paso en el tratamiento de la MV ha de ser la adopción de determinadas medidas higiénico – dietéticas que afectan a la dieta y al sueño, en las que el primer paso debe ser la supresión de la ingesta de alimentos con cafeína ya que, en ocasiones, eliminar la cafeína puede ser suficiente para el control de la enfermedad

Existen distintos tratamientos médicos ( flunarizina, propanolol, topiramato, amitriptilina o acetazolamida). Cada opción terapéutica se mantiene al menos dos meses y se sustituye en caso de contraindicación por patología asociada o refractariedad al tratamiento propuesto.

Cuando existe refractariedad al tratamiento, o dudas en el diagnóstico, se suele colaborar con el servicio de Neurología en el manejo del paciente dada la índole neurológica de esta patología.