¿Qué es la poliposis?
Los pólipos son unas formaciones de naturaleza inflamatoria, que parecen granos de uva, que crecen en el interior de las fosas nasales y senos paranasales. Son consecuencia de una respuesta inflamatoria de la mucosa nasal ante determinados estímulos como alergias o infecciones nasales, aunque no se sabe bien por qué algunas personas desarrollan pólipos y otras no lo hacen.
La poliposis se asocia con frecuencia a algunas enfermedades como asma, o intolerancia a la aspirina, alergias, sinusitis fúngica, fibrosis quística, enfermedad de Churg Strauss o déficit de Vitamina D.
Los síntomas más frecuentes asociados a la poliposis son la obstrucción nasal, la sensación frecuente de catarro nasal con rinorrea anterior y descarga de moco hacia la faringe, perdida de olfato, cefaleas frecuentes y sinusitis repetidas. Rara vez pueden producir sangrados y este síntoma es un signo de alarma ante la posibilidad de que esa poliposis esté enmascarando un tumor maligno de fosas nasales.
Para su valoración el especialista realizará una exploración endoscópica de las fosas nasales, un TAC de senos paranasales, pruebas alérgicas y análisis de sangre. Podemos realizar también pruebas de olfacción y de función respiratoria. Cuando la poliposis es unilateral , debemos de pensar en la posibilidad de que se trate de un papiloma invertido, un pólipo de Killian, un meningocele encefalocele o incluso un tumor malignos de fosas nasales y senos. Por eso en algunos casos es necesario realizar una RMN de fosas nasales y senos y/o toma de biopsias para completar el diagnóstico.
¿Cómo tratamos la poliposis nasosinusal?
Inicialmente el tratamiento de la poliposis es un tratamiento médico que consiste en:
Cuando el tratamiento médico fracasa, es necesario recurrir a la cirugía para un buen control de la enfermedad. El tratamiento se realiza mediante una cirugía endoscópica nasosinusal sin necesidad de cicatrices externas. La cirugía se realiza bajo anestesia general. El objetivo es abrir y ampliar los ostium de drenaje de los senos paranasales utilizando pinzas, motores y endoscopios con distintas angulaciones. Casi de forma rutinaria utilizamos microdebridadores para ayudarnos durante la cirugía. En casos complejos, por dificultades anatómicas o por antecedentes de intervenciones previas puede ser necesario recurrir al uso de equipos de neuronavegación que actúan como si fuera un GPS, dándonos referencias en tiempo real, del sitio donde nos encontramos, alertándonos de la proximidad de estructuras peligrosas como el ojo o el cráneo, disminuyendo con ello la posibilidad de complicaciones. Si fuera necesario, podemos realizar otros procedimientos como la septoplastia o la turbinoplastia, con la finalidad de hacer un tratamiento integral de la nariz
Finalizada la cirugía, cubrimos el lecho quirúrgico con unas esponjas reabsorbibles de material hemostático. HABITUALMENTE NO COLOCAMOS TAPONAMIENTO NASAL, logrando con ello un postoperatorio mucho más confortable. En el postoperatorio, el paciente notará sensación de catarro nasal sobretodo la primera semana y a veces presión facial. Al no colocar tapones puede haber pequeños sangrados sin importancia, sobretodo las primeras 24 horas. En el postoperatorio es necesario hacer un reposo relativo unos días, no hacer deporte y no sonarse en dos semanas, mantener una higiene nasal rigurosa con el uso de lavados nasales y utilizar corticoides tópicos. Deberá tomar también un antibiótico y es aconsejable abstenerse de fumar y dormir con la cabeza ligeramente elevada para evitar congestionarse mucho durante la noche.