¿Qué es?
La disfagia es la dificultad para tragar adecuadamente. El proceso de la deglución es un acto complejo, en el que durante escasos segundos se producen de forma encadenada y coordinada, numerosos movimientos que nos ayudan a transportar el bolo alimenticio hasta el estómago evitando al mismo tiempo que restos de comida pasen a los pulmones.
Tragar bien significa ser capaz de comer con facilidad tanto líquidos como sólidos para poder nutrirnos e hidratarnos adecuadamente y hacerlo de forma segura, para que la comida no pase a la vía respiratoria.
Las personas con disfagia tienen síntomas como tos al comer, sensación de stop a nivel de faringe o esófago, cambios en la voz cuando están comiendo, episodios recurrentes de neumonías por aspiración y a veces muestran signos de desnutrición o deshidratación.
La edad avanzada, algunas enfermedades neurológicas como el Parkinson, demencias, ELA… tratamientos con quimioterapia o radioterapia en cabeza y cuello y cirugías mutilantes sobre la vía aérea superior son algunas de sus causas.
Para su diagnóstico realizamos dos tipos de pruebas:
¿Cómo se trata la disfagia?
Muchos pacientes pueden lograr una deglución segura y eficaz simplemente con modificaciones de la dieta, de los hábitos dietéticos y con algunas maniobras posicionales cuya eficacia habrá sido valorada por videoendoscopia o videofluoroscopia (por ejemplo flexionar la cabeza, rotarla, hiperextenderla…)
A veces necesitamos recurrir al tratamiento logopédico por profesionales especialmente formados para tratar la disfagia.
La cirugía también tiene un rol importante en el tratamiento de la disfagia especialmente cuando las causas son parálisis faringolaríngeas. Diversos procedimientos pueden tener su indicación como la tiroplastia de medialización, la adducción aritenoidea, hipofaringoplastias, miotomías del cricofaríngeo…